En el núcleo principal de Masquefa, donde la vida del municipio late con fuerza y todo queda cerca, se encuentra este piso que transmite una sensación inmediata de hogar. Es ese tipo de vivienda que ofrece confort, tranquilidad y un punto de calidez difícil de explicar, pero fácil de sentir al entrar. Ubicado en un primer piso con ascensor de un edificio del 1999, mantiene un buen equilibrio entre modernidad y estabilidad. Sus dos habitaciones —una doble que invita al descanso y otra individual llena de posibilidades— y su baño completo conforman un espacio pensado para vivir cómodamente. La vivienda cuenta con un lavadero independiente, ese detalle práctico que hace la vida más fácil, y un balcón–terraza donde asomarse cada día, respirar, tomar un café o simplemente dejar que entre la luz. Pero lo que realmente marca la diferencia es todo lo que acompaña: parking y trastero propios, para mayor comodidad, y un recinto comunitario cerrado con jardines y piscina, un pequeño oasis privado donde desconectar, compartir momentos y disfrutar del buen tiempo sin salir de casa. Un piso que no solo ofrece prestaciones: ofrece calidad de vida. Un lugar donde es fácil imaginarse viviendo.